Los cirujanos wanches precoloniales
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario
La cirugía practicada por nuestros antepasados antes de la invasión de nuestra patria por las bárbaras hordas medievales al servicio del vaticano y la monarquía abarcaba un amplio campo que incluía desde la trepanación hasta el mirlado, técnica mediante la cual se procedía a la momificación de los fallecidos, pasando por otras cirugías, menores o no, como el restablecimiento de los heridos en los numerosísimos combates que, con demasiada frecuencia, tenían que entablar con invasores y aventureros de todo pelaje, incluyendo la piratería, los esclavistas y los colonizadores. Al tratarse por lo tanto de un tema amplísimo es imposible tratarlo en el corto espacio de un escrito, motivo por el cual nos centraremos específicamente en algunos aspectos de la cirugía craneal que se ha venido estudiando bajo el concepto de “Trepanación”.
La trepanación, una técnica quirúrgica complicada además de complejísima. La trepanación es una técnica quirúrgica mediante la cual se procede a perforar el cráneo con el objetivo de tratar enfermedades diagnosticadas como de origen cerebral, técnica ancestral que, sin embargo, continúa utilizándose en la actualidad para acceder quirúrgicamente en algunas patologías que deben ser tratadas mediante operaciones de neurocirugía, específicamente la extirpación de tumores cerebrales o el hematoma subdural cuando cursan con hipertensión arterial, lo que corroboran García Sánchez y Rodríguez Mafiotte, 1974, para quienes la trepanación tiene un significado terapéutico. El bisturí que utilizaban los neurocirujanos wanches tenían un origen lítico, fundamentalmente tabonas, terminología perteneciente a nuestro ancestral idioma, diseñadas a partir de un tipo especial de piedra volcánica denominada obsidiana.
La alta tasa de supervivencia en los pacientes trepanados en Canarias. Desde los primeros análisis realizados en 1896 por el investigador Luschan el principal factor que ha llamado poderosamente la atención entre los investigadores es la alta tasa de supervivencia encontrada en las trepanaciones de los cráneos estudiados en Canarias así como la baja frecuencia de complicaciones de tipo infeccioso (Rodríguez Martín, 1991. Ver figura adjunta), tasa de supervivencia que se ha podido determinar merced a las modernas técnicas diagnósticas médicas, como las radiografías obtenidas mediante la potente herramienta de investigación científica denominada Rayos-X y la resonancia magnética nuclear (NMR) mediante las que se puede determinar tanto la cicatrización de la cirugía realizada como el tiempo probable de supervivencia a partir del estudio de dicha cicatrización además de las posibles complicaciones como consecuencia de la intervención quirúrgica.
La “sangre de drago”, algo más que un antibiótico. Es conocido el uso medicinal que de la denominada “sangre de drago” hacían nuestros antepasados, extracto del drago, de nombre científico Dracaena drago, especie endémica de Canarias y, en general, de la Macaronesia, género del que la ciencia no para de descubrir nuevas propiedades pues, a las ya conocidas hay que añadir sus propiedades analgésicas, sin las que no hubiera sido posible la práctica de una cirugía tan doloroso como la trepanación al actuar de anestésico, como puede comprobarse en el link adjunto, lo que, unido a sus propiedades antibióticas, hizo posible el florecimiento de técnicas quirúrgicas como la trepanación, lo que explica además el hecho de que no se hayan encontrado momias trepanadas en Titerroygakta y Erbani, en las que los dragos, por lo menos en la época precolonial, estaban ausentes o eran muy escasos, aunque recientemente se hayan introducido en parques y jardines.
En conclusión, a la luz de la investigación científica cada vez resulta más evidente el gigantesco desarrollo científico-tecnológico, así como el avanzadísimo desarrollo de la sociedad wuanche, sin duda liderando dichos parámetros entre todas las civilizaciones de su época, abanderando descubrimientos aún no superados ni siquiera con la actual instrumentación científica, como lo avala además el reciente reconocimiento de sus avanzados observatorios astronómicos por la Organización de las Naciones Unidas para el desarrollo de la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), gracias al encomiable trabajo, entre otros, de nuestros compatriotas José de León y Ángel Cuenca, uno de nuestros candidatos para ejercer el cargo de Ministro de Cultura de la República Democrática Federal Canarias.
Ministro de Ciencias Médicas de la República Democrática Federal Canarias